El nuevo contrato de mantenimiento y explotación del Zorrilla, por un período de dos años, cuenta con un precio máximo de licitación de 858.440 euros, cantidad con la que «es viable contratar personal y garantizar que se dispone de medios humanos y materiales propios para llevar a cabo la gestión».
«Es un recurso centrado en lo mercantil que no ejerce como un teatro provincial», lamentan desde la plataforma, que considera que el presupuesto debería dirigirse a «potenciar la actividad y el consumo teatral en el medio rural, y a que el Zorrilla sea un espacio para la promoción de compañías y grupos de la provincia».
26/05/2021.- Esta semana es objeto de debate en la Diputación de Valladolid el nuevo contrato de mantenimiento, gestión y explotación del Teatro Zorrilla, propiedad de dicha institución, para los próximos dos años, por un precio máximo de licitación de 858.440 euros. Una gestión que, como hasta ahora, recaerá en una empresa privada. «Cuando se publicó la anterior licitación, la Diputación argumentó que no había medios para afrontar una gestión pública de este espacio», recuerda Virginia Hernández, portavoz de Toma la Palabra en la administración provincial, «pero tras varios años, no se ha aportado ningún informe sobre el coste que supondría para la institución asumir la gestión del Zorrilla, lo que refleja que no se tiene ningún interés real en ello». Hernández lamenta, además, que «no se ha contado con los diferentes grupos para formar una mesa de trabajo donde poder hacer aportaciones para mejorar la gestión del Zorrilla entre todos».
«Tan solo habría que incorporar la figura de director artístico, pues la Diputación cuenta con programadores y técnicos de cultura que podrían asumir las tareas derivadas de la explotación del Teatro Zorrilla», expone Hernández. «Es más: aunque no fuera así, con casi 900.000 euros es viable contratar personal y garantizar que se dispone de medios humanos y materiales propios para llevarla a cabo».
Toma la Palabra insiste en que «el presupuesto debería destinarse a potenciar la actividad y el consumo teatral en nuestro medio rural, y a que el Zorrilla fuese un espacio de promoción para compañías y grupos de la provincia». Por ejemplo, «reforzando la Red Provincial de Teatros o facilitando que haya representaciones en los pueblos que no pertenezcan a ella». «El Zorrilla no ejerce en la actualidad como un teatro provincial, sino como una infraestructura cultural más de la que se benefician los habitantes de Valladolid capital pero que se sufraga con dinero que debería ir destinado a los pueblos de la provincia», critican desde la plataforma. «Este es un recurso sin orientación, centrado en lo mercantil», apunta Hernández, «pues no existe un proyecto de fondo que justifique todos los recursos económicos que se invierten en el Zorrilla, como ocurre, por ejemplo, con el Laboratorio de las Artes de Valladolid, LAVA, o el Teatro Calderón». La portavoz de Toma la Palabra señala también el «doble rasero» de la Diputación, «que ve lógico ceder la escuela infantil Casa Cuna al Ayuntamiento de Valladolid, al ser un espacio que está en la ciudad, pero, sin embargo, no se plantea hacer lo mismo con el Teatro Zorrilla, ni tan siquiera optar a una gestión compartida».