Los planes provinciales de la Diputación de Valladolid constituyen una fuente de financiación imprescindible para que nuestros municipios puedan acometer las inversiones y obra pública necesarias para mantener un nivel de servicios digno.
Sin embargo, muchos municipios de la provincia se están encontrando con problemas de toda índole para que esas inversiones sean una realidad en sus municipios. Por un lado, la pandemia retraso la realización de los planes provinciales 2020-2021 y por otro, los efectos de la inflación han hecho que las licitaciones y ejecución de dichas obras se hayan demorado o incluso paralizado.
Ante esta situación, la Diputación de Valladolid debería haber puesto todos los medios a su alcance para agilizar los planes provinciales pendientes correspondientes al periodo 2020-2021 ya que cada retraso en la ejecución de los planes provinciales supone, un sobre coste para los municipios, pero también una paralización de la actividad municipal ante la imposibilidad de sacar adelante dichos proyectos municipales.
La Diputación de Valladolid tiene que ser consciente y, por tanto, actuar en consecuencia que los pueblos pequeños tienen un servicio de secretario municipal muy limitado que no puede realizar las mismas gestiones burocráticas que municipios de gran tamaño en el mismo periodo de tiempo. Además, los municipios más alejados de la capital, se encuentran con verdaderos problemas para que las empresas liciten para ejecutar las obras.
Las empresas no tienen un beneficio económico lo suficientemente atractivo para realizar obras de escasa cuantía en municipios alejados de sus centros de trabajo con la inflación que ha habido en estos años. Además, la demora provocada por los tramites a cumplir por los municipios en los planes provinciales acentua el problema al dilatar los tiempos de licitación y ejecución.
Ante esta situación la Diputación de Valladolid no puede seguir actuando como en planes provinciales pasados cuando alguna obra puntual se retrasaba. Es necesario dotar a los municipios y al área de cooperación de municipios de nuevas herramientas y recursos para que las inversiones en los municipios se lleven a término. Una inversión de 18.000 euros correspondiente a 2020 que no se ha iniciado a ejecutar tres años después, en 2023, es un fracaso de la administración pública para con sus ciudadanos.
Tampoco podemos olvidarnos de que esta demora en los planes provinciales 2020-2021 se está ya produciendo en los planes provinciales de 2022-2023 por motivos muy parecidos a los expuestos en párrafos anteriores. Es urgente reaccionar para que el problema no siga extendiéndose. Los planes provinciales 2024-2025 están ya muy próximos.
Por todo lo anteriormente expuesto, pedimos a la Diputación de Valladolid:
PRIMERO. – Dotar al Área de Cooperación a municipios del personal y la financiación suficiente para agilizar la tramitación de expedientes y la licitación de obras correspondientes a los planes provinciales 2020-2021 y 2022-2023.
SEGUNDO. – Permitir a los municipios con planes provinciales 2020-2021 pendientes unificarlos con los planes 2022-2023 o 2024-2025 para actualizar las inversiones y que tengan mas posibilidades de ser licitadas y ejecutadas.
TERCERO. – Permitir a los municipios con planes provinciales 2020-2021 pendientes que sean ellos mismos los que liciten los proyectos sin limitaciones por cuantía de presupuesto o tipo de inversión.
CUARTO. – Permitir a los municipios con planes provinciales 2020-2021 pendientes libertad de gasto en sus inversiones para acelerar la realización de las obras pendientes.
QUINTO. – Permitir a los municipios con planes provinciales 2020-2021 pendientes modificar el proyecto para adaptarlo a las actuales circunstancias.