La Asociación San Miguel en Vivo llama a la puerta de la Diputación de Valladolid para presionar al ayuntamiento para que impida que tal proyecto, con graves efectos medioambientales, sociales, económicos y para la salud, se lleve a cabo finalmente.
28/11/2019.- Ubicada a tan solo cuatro kilómetros del pueblo y con capacidad para más de 52.000 pollos. Así será la macrogranja avícola que una promotora particular, si nada lo impide, instalará en los próximos meses en el municipio vallisoletano de San Miguel del Arroyo, un proyecto que los vecinos y vecinas del municipio rechazan enérgicamente. En un nuevo paso para tratar de frenar su puesta en marcha, Ramón Velasco y Carlos Sanz, en representación de la Asociación San Miguel en Vivo, que lidera este movimiento vecinal, han trasladado su malestar y preocupación al Grupo Provincial de Toma la Palabra en la Diputación de Valladolid. El objetivo es que también desde la administración provincial se pueda presionar al Ayuntamiento de San Miguel del Arroyo para que impida que el proyecto de la macrogranja se lleve a cabo finalmente.
Así, Velasco y Sanz han mantenido recientemente una reunión con la portavoz del grupo, Virginia Hernández, en la que han repasado los detalles del proyecto y las diferentes acciones que los vecinos y vecinas han desarrollado hasta la fecha. El primer paso fue solicitar al Ayuntamiento de San Miguel del Arroyo el pasado mes de septiembre que se extendiera a las explotaciones avícolas y otras de carácter intensivo la protección específica que se realizó en 2016 en las normas urbanísticas municipales para evitar la instalación de una granja porcina. Ante el rechazo de esta solicitud, la asociación ha presentado una queja al Procurador del Común de Castilla y León, además de recoger ya más de un millar de firmas (duplican el número de habitantes del municipio) contra la instalación de esta nave. Asimismo, se ha presentado ante el ayuntamiento una segunda alegación, en la que se recogen los errores que presenta el proyecto, redactado a partir de uno presentado previamente en otro municipio, por lo que no se adapta a la realidad del terreno.
Desde San Miguel en Vivo inciden en los negativos efectos medioambientales, sociales y económicos que esta explotación tendrá para el pueblo y, sobre todo, en el grave perjuicio que suponen estas explotaciones avícolas para la salud: «Son mucho más dañinas que las de porcino, pero existe aún gran desconocimiento social sobre sus efectos». Velasco y Sanz señalan, además, el «efecto llamada» que supondrá la instalación de la macrogranja (que no creará ningún puesto de trabajo en el municipio) con el beneplácito del ayuntamiento, y subrayan que la llegada de otras explotaciones tendría como consecuencia que resulte «imposible» vivir en San Miguel del Arroyo.