Virginia Hernández: «En el siglo XXI, todo puede suceder en un pueblo como sucede en una ciudad, pero en los pueblos conlleva una honda lucha»

La alcaldesa de San Pelayo repasa su experiencia al frente del ayuntamiento en el II Reto El mundo rural ante la despoblación: respuestas, apuestas y propuestas desde y con el emprendimiento social, organizado por el Parque Científico de la Universidad de Valladolid.

Desde que Hernández llegase a la alcaldía en 2015, la población de San Pelayo ha crecido en un 20% (de 43 a 51 vecinos censados), gracias a la puesta en marcha de propuestas que dinamizan la vida en el pueblo.


virginia_hernandez_reto_despoblacion_uva25/11/2019.- La alcaldesa de San Pelayo, Virginia Hernández (también portavoz del Grupo Provincial de Toma la Palabra en la Diputación de Valladolid) ha compartido su experiencia al frente del ayuntamiento del municipio en la mañana de hoy lunes en el II Reto El mundo rural ante la despoblación: respuestas, apuestas y propuestas desde y con el emprendimiento social, organizado por el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, UVa. En concreto, Hernández ha sido una de las ponentes de la propuesta El mundo rural. Diagnóstico en píldoras, en el que ha planteado Qué podemos hacer con y en nuestros pueblos. El objetivo de estas jornadas promovidas por la UVa es ofrecer a la sociedad un análisis sobre la supervivencia de los pueblos a partir de las experiencias de personas vinculadas directamente con el medio rural, aportando propuestas que se dirijan, en especial, al fomento del emprendimiento.

«En el siglo XXI, todo puede suceder en un pueblo como sucede en una ciudad; el problema es que a los pueblos se les ha abandonado por mucho tiempo, y se les sigue abandonado». Así ha comenzado su intervención Hernández, quien ha subrayado que «conseguir que cualquier proyecto pueda desarrollarse en el medio rural va a conllevar, casi de manera segura, una honda lucha, pero se puede». San Pelayo, en los montes Torozos, es prueba de ello: desde que Hernández llegase a la alcaldía en 2015, el pueblo ha pasado de 43 habitantes censados a 51, una victoria del municipio en el pulso que la provincia echa a la despoblación: supone un crecimiento del 20%. Este curso 2019/2020, tras casi tres décadas, San Pelayo vuelve a aportar alumnos a colegios de la zona (Torrelobatón y Tordesillas), con la llegada al pueblo en el mes de junio de una niña y un niño de ocho y 12 años.

Durante su intervención, la alcaldesa de San Pelayo ha destacado que «es imprescindible que los recursos lleguen directamente a las personas que habitan el territorio, y sea en el mismo medio rural donde se piensen y desarrollen las políticas dirigidas a nuestros pueblos, no en los despachos». En este sentido, ha señalado algunas medidas que, junto a su equipo, ha desarrollado en los últimos cuatro años al frente del Ayuntamiento de San Pelayo, como la creación de nuevas zonas de servicio público (por ejemplo, el parque, el centro social o la biblioteca), la contratación de la energía eléctrica a través de una cooperativa vallisoletana de energía renovable o la puesta en marcha de propuestas de ocio y culturales que contribuyan a dinamizar la vida en el pueblo (talleres, eventos deportivos, ciclos de cine o voluntariado ambiental, entre otras).

Una de esas citas es el 4Gatos Festival Contra la Despoblación, que desde 2017 reúne cada mes de julio en el municipio a más de 2.500 personas. Una iniciativa para «poner en evidencia tanto la situación actual del medio rural como sus posibilidades y fortalezas, y que en los pueblos se pueden desarrollar actividades culturales de la misma calidad en los entornos urbanos», en palabras de Hernández. Actuaciones musicales, proyecciones audiovisuales, mesas redondas, talleres o recitales poéticos, entre otras propuestas, conforman cada año el cartel del festival.

«Encontramos San Pelayo sumido en el abandono, en muchos aspectos, pero con trabajo e ilusión, a pesar de las dificultados, se consiguen cosas», ha señalado Hernández, que ha apuntado que desde las administraciones «no se han puesto en marcha ni las más básicas y evidentes medidas contra la despoblación». «Dicen que apoyan el empleo rural, pero aquí seguimos, esperando Internet y cobertura telefónica», ha comentado, antes de añadir: «También dicen que quieren favorecer el asentamiento de mujeres y población joven, pero no han puesto en marcha ni una sola directriz que favorezca la adquisición de vivienda en nuestros pueblos, que cada vez se parecen más a un campo de guerra arrasado». Hernández ha hecho referencia, asimismo, a «los horarios y rutas totalmente ilógicos» del transporte público, que ha definido como «absolutamente ridículo».

«Creo que, históricamente, existía un plan para el interior peninsular: si no hay vivienda, la gente con vive. Si no hay Internet, la gente no se establece. Si no hay gente, me ahorro el transporte, la médica y el maestro. Si cierro pueblos, me ahorro servicios y, por tanto, dinero», ha dicho Hernández. «¿Y a quién le queda este territorio? A las macrogranjas. A las minas. A los cementerios nucleares. Y a esto nos conducen: a ser el vertedero de la España desarrollada», ha añadido. «No obstante, pese a este aparente pesimismo, soy terriblemente optimista y, además, muy incauta, así que, a pesar de la adversidad o, precisamente, por ella, no he parado ni un momento de hacer cosas en mi pueblo», ha concluido.