Todavía se sigue pensando en el envenenamiento con rodenticidas anticoagulantes como forma más eficaz de combatir las posibles plagas, pero existen otras posibilidades que respetan y promueven el mantenimiento natural del ecosistema; además de suponer una disminución de los recursos utilizados hasta ahora y el aumento de beneficios para la naturaleza.
El control planteado en este proyecto es sencillo y cuenta con tres actuaciones y objetivos:
La instalación de cajas nido con la intención de que sean ocupadas por cernícalos, búhos chico, lechuzas y mochuelos para que ejerzan un control biológico sobre los topillos: desarrollando unas estrategias alternativas al uso tradicional del veneno como método de control de plagas de roedores mediante la gestión de sus depredadores naturales en campos agrícolas.
La revegetación de lindes de pastizales y campos agrícolas con un estrato arbustivo e islas de matorral, así como la creación de corredores y grupúsculos de piedra, cuyo objetivo, además de la revegetación para incrementar la complejidad estructural del hábitat con especies arbustivas y arbóreas, es crear corredores para la fauna, mejorando la conectividad entre las masas forestales más desarrolladas.
Campañas de sensibilización y educación ambiental.
Desde el año 2009, el Grupo de Rehabilitación de Fauna Autóctona (GREFA) trabaja, en colaboración con varios organismos oficiales, en un Proyecto de control biológico de topillos; proyecto que actualmente cuenta con experiencias desarrolladas en varios municipios de nuestra provincia como Villalar de los Comuneros, Villalón de Campos, Rueda, Nava del Rey, la comarca de Medina del Campo y Piñel de Abajo.
Este sistema cuenta también con el apoyo de los cazadores y la Real Federación de Caza Española, ya que los venenos con grano no discriminan especies y desde el primer momento, tanto liebres como perdices o palomas se vieron afectadas.